Hemos recibido este folleto del Comité de Acción por la noche. Sin que sirva de precedente, hemos decidido no esperar a nuestro próximo número para publicar esta llamada directamente relacionada con los eventos que tendrán lugar este jueves. Una versión PDF imprimible está disponible en la parte inferior del artículo.

LE MONDE OU RIEN.

Clases canceladas, manis salvajes, pintadas, daños, gases lacrimógenos, el gobierno estresado, la universidad en huelga. Algo está naciendo. « Nosotros » estamos naciendo. Nombrar lo que está naciendo con el nombre de lo que le precedió es intentar matarlo. Volver a traer lo que vivimos en la calle el pasado miércoles, lo que hierve desde hace semanas, traer la rabia que retumba por todos lados a la « sombra del CPE1 » y todas las peroratas que hemos escuchado la semana pasada es una operación, una operación de neutralización. ¿Qué relación hay entre el discurso sindical y los compañeros de los institutos que el pasado miércoles hacían pintadas « el mundo o nada » antes de arremeter metódicamente contra los bancos? Ninguno. O sólo un miserable intento de recuperación liderada por zombies. Nunca los sindicatos, jamás los políticos han estado tan visiblemente a la cola un movimiento. Si están tan inquietos en su deseo de supervisar todo es precisamente porque todo podría escapárseles. Lo que pasó es simple: una banda de youtubers sumó sus likes, hablaron fuera de todo marco y de toda « representatividad », llamaron a salir a las calles; una mujer que sólo representaba a sí misma lanzó una petición contra la legislación laboral; y como lo que dijo sonaba bien encontró una sensación difusa, una indignación general, bajamos a la calle y éramos muchos. Las organizaciones siguieron. El riesgo de no seguir era demasiado grande para ellas. Si no lo hacían, su mandato quedaba caduco. Aquéllos a quienes pretenden representar habrían tomado las calles sin ellos, sin que ellas hubieran podido anteponerles sus pancartas de cabecera, sin que ellas hubieran podido sacar sus grandes globos rojos, sin que ellas hubieran podido cubrir nuestra voz con sus pésimos sistemas de sonido, sus consignas groseras y sus discursos fúnebres. Estaban en pelotas. Así, los líderes siguieron; como siempre.

EL PROBLEMA NO ES UNA LEY,

ES UNA SOCIEDAD QUE ESTÁ EN LAS ÚLTIMAS.

Nosotros somos la juventud. Pero la juventud no es la juventud, es más que ella misma. En cualquier sociedad, la juventud es la imagen del elemento disponible. La juventud es el símbolo de la disponibilidad general. Los jóvenes no son nada. Son sólo aquellos que no son aún controlados. Controlados por un jefe, controlados por créditos, controlados por un CV. Controlados y, por tanto, encadenados, al menos mientras la máquina social siga funcionando. El discurso de los medios sobre la amenaza de un « movimiento juvenil » están orientados a evitar la amenaza real, y la amenaza real es que el conjunto de lo que está disponible en esta sociedad, el conjunto de los que no pueden más con la vida que se les hace vivir, el conjunto de los que ven claramente que no es esta ley la que crea el problema sino toda esta sociedad que está en las últimas, se sume. Se sume y se torne en masa. Porque es innumerable, en estos tiempos, la masa de no creyentes. La mentira social, la farsa política ya no cuela. Ése es el gran problema que tiene este gobierno. Pero no sólo él: ¿Quién puede ser lo bastante imbécil como para querer aún votar a la izquierda, a la izquierda de la izquierda, a la izquierda de la izquierda de la izquierda, cuando vemos lo que ha sucedido en Grecia el verano pasado? Un gobierno de izquierda radical sobre todo en la puesta en práctica de la austeridad.

EH, MAYORES! NO HABÉIS SIDO TRAICIONADOS,

SÓLO OS HABÉIS DEJADO ENGAÑAR.

Eh, mayores! Eh, nuestros mayores. Decís que os sentís traicionados. Que habéis votado a un partido de izquierda y que la política llevada a cabo no cumple con vuestras expectativas. Habláis de « renegar ». Pero, ¿dónde estábais en 1983? Los años 80, los años del dinero, el gobierno Tapie, Libé2 que titula « Viva la crisis! » ¿No os dice nada? Nosotros no estábamos allí, pero mientras tanto, vuestras derrotas se han convertido en nuestra clase de historia. Y cuando escuchamos estas clases decimos que Macron3 sólo está terminando el trabajo iniciado en 1983. Es el mismo programa desde entonces. No ha cambiado. No habéis sido traicionados. Sólo os habéis dejado engañar. Habéis preferido cultivar vuestras ilusiones. No son los actos de los socialistas los que han traicionado sus discursos. Éstos son sólo los discursos que utilizaron en cada elección para neutralizaros y así poder seguir aplicando el mismo programa, para continuar la misma ofensiva. Una ofensiva de 35 años ejecutada con constancia en todos los frentes y al mismo tiempo —de seguridad, económico, social, cultural, existencial, etc.

ESTA LEY, NO LA DISCUTIREMOS.

Lo que está naciendo tiene poco que ver con la Ley laboral. Esta ley es sólo el punto de inversión. El ataque excesivo. Demasiado arrogante, demasiado evidente, demasiado humillante. La Ley de inteligencia, la Ley Macron, el estado de emergencia, la privación de la nacionalidad, las leyes anti-terroristas, el proyecto de reforma penal, la Ley laboral, todo eso hace sistema. Es un solo proyecto impuesto a la población. La Ley El Khomri4 es sólo la guinda del pastel. Es por eso que se reacciona ahora y no se ha respondido a la Ley Macron. En última instancia, si tomamos la calle contra la ley de trabajo no es porque trata del trabajo. Es porque la cuestión del trabajo es la cuestión del empleo de la vida; y que el trabajo, tal y como vemos a nuestro alrededor, es sólo la negación de la vida, la vida en versión mierda. Ya no estamos en los años 60, vuestros Treinta Gloriosos5, reconsideradlo, jamás los conocimos. Ninguno de nosotros cree que vaya a « realizarse » en el curro. De lo que ahora nos defendemos, es de que la poca vida que nos queda después del curro, fuera del curro, nos sea anulada. El jueguecito de los sindicatos y de los partidos para limitar el campo del conflicto al tema de la legislación laboral, a la negociación con el gobierno, es sólo una manera de contener nuestro deseo de vivir, de encerrar todo lo que les sobrepasa en la esfera sofocante de sus pequeñas intrigas. Sindicatos y partidos, no hay que ser adivino para ver que, ahora ya, nos dejarán al descubierto en el momento decisivo. Nosotros no los queremos. Es su función. Por contra, no nos pidáis que confiemos en ellos. No porque seamos jóvenes nos hemos caído de un guindo. Y además dejad de dar la lata con vuestras viejas historias que no funcionan: la « masificación », la « convergencia de las luchas » que no existen, los turnos de palabra y el pseudo-feminismo que os sirven para controlar las AG, para monopolizar la voz repitiendo siempre el mismo discurso. Francamente, es demasiado grande. La cuestión no es la masificación sino la precisión y determinación. Todo el mundo sabe que lo que hace retroceder a un gobierno no es el número de personas en la calle, sino su determinación. Lo único que hace recular a un gobierno, es el fantasma de la sublevación, la posibilidad de una pérdida total del control. Incluso si sólo quisiéramos la retirada de la Ley laboral haría falta apuntar a la insurrección: golpear duro, dotarse de medios para intimidar a la policía, bloquear el funcionamiento normal de esta sociedad, atacar objetivos que hagan temblar al gobierno. La cuestión de la « violencia » es una cuestión falsa. Lo que los medios describen como « violencia » se vive en las calles como determinación, como rabia, como serio, como juego. Es lo que nosotros hemos vivido el pasado miércoles y hay algunas razones para que los gobernantes se caguen de miedo: entre nosotros había coraje, el miedo se había disipado, estábamos seguros de nosotros mismos. Seguros de querer pisotear las cabezas de los que nos gobiernan. Las cabezas de los que, durante todo el año, se ríen en nuestra jeta.

GOLPEAR FUERTE! GOLPEAR CON PRECISIÓN!

#BATAILLEDESOLFERINO

Al contrario de lo que nos dicen los aprendices de burócrata de la UNEF6 o del NPA7, golpear fuerte no es lo que nos va a « aislar de las masas » si los objetivos son justos. Por el contrario, hará que todos los que están al límite se unan a nosotros; y hay muchos. La cuestión planteada por la Ley laboral, es la cuestión de las políticas del PS8 durante 35 años, es saber si serán o no capaces de llevar a cabo su campaña de varias décadas. Ésta es también la cuestión de la política en general. Que un movimiento se levante a un año de una campaña presidencial, que por lo general impone el silencio y la espera a todos, dice mucho acerca de la profunda indiferencia, incluso la hostilidad, que ya está suscitando. Todos sabemos que las próximas elecciones no son la solución, sino parte del problema. No es por casualidad que de forma espontánea, el miércoles pasado, los estudiantes de Lyon intentaran llegar a la sede del PS, y se enfrentaran con la policía para golpear este objetivo. Y no es por casualidad que las sedes del PS en París y Rouen hayan sido desfiguradas. Es a esto a lo que, de por sí, el movimiento apunta. En lugar de enredarse en negociaciones-trampa para idiotas, lo que hay que atacar en toda Francia, a partir del próximo jueves, son las sedes del PS. En París tiene que ser la batalla de Solferino9. Para la continuación, bueno, ya veremos. Será necesaria una jugada astuta. Pero el reto es enorme.

RETROCEDEN, ATAQUEMOS!

comitedaction

Comité d’Action — 16 de marzo de 2016

TradAX — 14 de abril de 2016

PDF imprimible: https://lundi.am/IMG/pdf/lemondeourien16mars.pdf

PDF Castellano: TradAx

  1. Contrato de Primer Empleo.

  2. Libération; diario progresista.

  3. Emmanuel Macron; actual Ministro de Economía e Industria.

  4. Myriam El Khomri; actual Ministra de Trabajo.

  5. Los Treinta Gloriosos se refiere a los años de bonanza 1945-75. Toma su nombre del libro de Jean Fourastié Les Trente Glorieuses, ou la révolution invisible de 1946 à 1975.

  6. Unión Nacional de los Estudiantes de Francia.

  7. Nuevo Partido Anticapitalista.

  8. Partido Socialista.

  9. Rue Solferino; calle donde el PS tiene su sede principal.

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